Las partículas y los gases que se encuentran en el universo se concentran y se unen por efecto de la gravedad y forman nebulosas. En estas las estrellas comienzan a encenderse y se agrupan en cúmulos, es decir, conjuntos de estrellas jóvenes que ocupan muy poco espacio. El cúmulo más conocido puede verse la mayoría de las noches en la constelación de los Siete Cabritos o las Pleyades.
Una vez que las estrellas dejan el cúmulo, comienzan a viajar, se desarrollan y algunas atraen planetas y forman sistemas planetarios como el nuestro.
La vida de una de estrella llega a su fin cuando su combustible, el hidrógeno, se acaba. Una estrella relativamente pequeña como nuestro Sol puede tardar diez mil a once mil millones de años en consumir su hidrógeno y convertirlo en hielo.
Cuando eso ocurre, la estrella se expande y forma una gigante roja, debido a que la gravedad no puede retener sus gases. En este punto puede seguir dos caminos:
o bien pierde su parte externa y forma una enana blanca, una pequeña estrella del tamaño de un planeta que se va enfriando lentamente durante millones de años hasta convertirse en una enana oscura; o puede transformarse en una supernova y generar una explosión gigantesca que dispersa su materia por todo el espacio. A veces, la explosión de una supernova puede originar una nebulosa. Por ejemplo, la nebulosa del Cangrejo, en la constelacion del Toro, es el resto de una supernova que observaron los astrónomos chinos en el año 1054. Si el núcleo de la estrella original sobrevive a la explosión de la supernova puede convertirse en un pulsar, que tiene el tamaño de una ciudad y emite una luz intermitente como un faro. El ciclo de cualquier estrella dura millones de años.
Las estrellas brillan debido al calor que generan las reacciones químicas de los materiales que las componen. Como todo lo que conocemos en el universo, las estrellas están compuestas por materia, formada a su vez por átomos de diferentes elementos, principalmente de hidrógeno. El centro, la materia está muy comprimida por el peso de la propia estrella. Esto hace que los protones que forman los núcleos de los átomos de hidrógeno choquen y reaccionen para transformarse en átomos de helio. Como resultado de este proceso llamado fusión, se libera la enorme cantidad de luz y calor. A medida que el hidrógeno se agota, la estrella envejece y pierde su brillo.
Leímos este texto en clase y marcamos algunos recursos. Este texto fue tomado del manual "Lengua y literatura para pensar 3" , Editorial Kapelusz
Leímos este texto en clase y marcamos algunos recursos. Este texto fue tomado del manual "Lengua y literatura para pensar 3" , Editorial Kapelusz
1 comentario:
Gracias, Fernando, por tu colaboración. ¡Bienvenido!
Publicar un comentario